Aún y que estamos viviendo en medio de un gran avance tecnológico y de automatización de procesos, la mayoría de las organizaciones se enfrentan a un reto de productividad gracias a un alto nivel de distracción que impacta en silencio y directamente a los resultados.
En el artículo anterior compartí como los estudios acerca de la productividad a nivel global nos muestran que, de las ocho horas de trabajo, solo se tienen en promedio alrededor de tres horas productivas. Esta información nos da un espacio para observar que la oportunidad para construir una organización altamente productiva debe estar centrada en las personas. Es importante mencionar que esto sucede para cualquier tipo de organización ya sea empresarial, pública o social.
Sólo con imaginar que podamos subir una hora más de productividad al día y lo multiplicáramos por el número de personas de la organización, podríamos ver el impacto de un 12.5 por ciento. Por lo tanto, si una organización desea crecer, no se requiere necesariamente de más personal, sino de mayor productividad del personal actual. Bajo esta escenario, subir una hora más de productividad al día sería como tener 25% más de personal trabajando al 50% promedio de productividad.
Ahora sí ¿Por dónde comenzar? En muchos de los casos cuando se percibe baja productividad o se requiere aumentarla con lo que se tiene; es natural que los liderazgos busquen culpables dentro de la organización -de forma inconsciente- al no poder identificar un paradigma que puede ser difícil de observar y aceptar a primera vista; la organización es un reflejo de sus líderes.
Normalmente las agendas de “los jefes” están llenas, lo cual no significa que sean productivas, solo que están ocupados. ¿Acaso no se siente uno raro cuando hay agenda libre y no tiene algo en específico que hacer? Esto es un reflejo de nuestro inconsciente que dispara pensamientos y emociones de acuerdo al paradigma establecido de que “la persona importante siempre está ocupada” y, en lugar de ofrecernos un tiempo para observar más detenidamente los escenarios de acción para una mejor toma de decisiones, nos provoca llenarnos de actividades que en su mayoría son poco productivas.
Esto crea a su vez, un alejamiento entre los líderes y las personas que colaboran en la organización. Lo que perciben estos últimos es lo importante y ocupados que están los jefes. Todo esto provoca distanciamiento, bajo interés y por lo tanto distracción en el objetivo, alejándose de la posibilidad de apuntar todos hacia una sola visión compartida.
La fórmula para impulsar la productividad tiene que ver con crear consciencia dentro de la organización. Una organización consciente es aquella que colabora con un propósito que le permite dar significado a su trabajo y por lo tanto genera una conexión con su misión. Por supuesto la transformación hacia una organización consciente inicia desde sus liderazgos.
Teniendo liderazgos conscientes se pueden construir las bases para un acercamiento más humano y de mejor impacto con la organización. No se trata de “apapacharles” sino de acompañarles, entenderles y abrirles las posibilidades de sus potenciales, para que no solo se encasillen en un puesto, sino que se vuelvan parte de la co-creación del futuro de la organización y de los resultados que se buscan en conjunto.
Un liderazgo consciente inicia por conocerse a sí mismo dentro de la ética del ser humano para lograr poner a las personas al centro de la estrategia con la que se integrará el propósito de la organización. Esto no solo permite que las organizaciones mejoren en su foco de productividad sino que también se vuelvan ágiles en tiempos donde el estándar es ir de prisa.
Una organización consciente dejará atrás distracciones comunes del día a día para volverse productiva a su propósito. Desarrollará liderazgos con un observador integral y flexible que le permita interactuar con las nuevas generaciones y el mundo dinámico en que vivimos. No se trata de una moda, se trata de una evolución consciente en el presente, para entrar en un nuevo ciclo que nos permita “surfear” las olas del futuro.

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